La premisa detrás del vertido parece muy simple. Se abre el envase, se inclina para que salga el producto y ya está. Sin embargo, hay una compleja interacción de factores detrás del desempeño del vertido para garantizar una experiencia ideal para los consumidores, desde el diseño de la apertura y la ergonomía hasta la dinámica de fluidos, la viscosidad y la inducción de aire. Estos son los fundamentos científicos que permiten lograr el vertido perfecto y optimizar la experiencia del usuario de los consumidores.
Todo comienza con un concepto simple. “Al verter un producto, el consumidor necesita sentir que tiene el control”, dice Karin Marcovecchio, investigadora principal de experiencia del usuario en Tetra Pak. “Que puede decidir la velocidad del líquido y hacia dónde va. Históricamente, muchos envases disponibles en el mercado no permitían esto; los consumidores sentían que el envase dictaba el vertido”.
A esto se agregan distintas variables, como qué es lo que se vierte, dónde se vierte y el tamaño y la forma del envase. Y, por supuesto, si el producto está diseñado para consumirse sobre la marcha (si el consumidor bebe directamente del envase, en lugar de verter el producto), se aplica un conjunto de parámetros completamente distinto.
Al considerar el vertido en el hogar, por ejemplo, de envases familiares, la experiencia de vertido superior radica en el equilibrio exacto entre velocidad y control. La investigación del consumidor indica que el caudal ideal es una velocidad que proporciona esa sensación de control tan importante, así como un vertido limpio, sin que el líquido corra sobre las paredes del envase.
Por lo tanto, es fundamental considerar el tamaño, la forma y el diseño de la abertura, ya que estos son los determinantes principales del vertido. Hemos realizado una amplia investigación para identificar la guía de diseño óptima, teniendo en cuenta factores como la altura de la boquilla, el diámetro, la posición respecto del borde del envase, la geometría del borde y el diseño de la tapa; todo este conocimiento se ha vertido en el desarrollo de nuestra amplia gama de tapas y aberturas.
Un problema clave es de los “borbotones”. “Cuando se vertido algo, para que salga el producto, es necesario que entre aire; pero si se interrumpe el flujo de producto, pueden producirse borbotones. Y eso puede causar derrames o que el consumidor no acierte a su objetivo”, dice Marcovecchio. “Entonces, cuando se trata de diseñar aberturas, siempre buscamos encontrar el tamaño óptimo”.
“Evitar los borbotones (y asegurarse de contar con suficiente ventilación) requiere una combinación del tamaño adecuado de apertura con la rapidez con la que se desea verter”, agrega Anna Larsson, líder de perspectivas comerciales de Tetra Pak. “Además, hay que considerar las expectativas del consumidor. A veces es bueno limitar el caudal; de lo contrario, se corre el riesgo de derrames”.
El diseño para el consumo sobre la marcha es significativamente más complicado, principalmente debido al mayor número de variables. En primer lugar, si bien la mayoría de las personas vierte de manera similar –“las preferencias de vertido son bastante estáticas”, dice Marcovecchio–, hay varias técnicas distintas para beber directamente de un envase. En términos generales, hay tres modos diferentes de consumo: succionar, verter y extraer.
Cada técnica implica una forma de boca diferente; por lo tanto, cada técnica requiere un tamaño y una forma diferentes para una experiencia óptima. Se requiere un compromiso que funcione para cada uno: la altura de la abertura debe ser lo suficientemente grande como para que los extractores puedan introducir su labio y cuenten con espacio de ventilación en la parte superior, pero lo suficientemente pequeña como para que los succionadores puedan cubrir cómodamente la abertura con su labio superior.
El caudal para beber también es diferente al del vertido; para que la sensación sea cómoda, se requiere una reducción significativa. Por esta razón, y teniendo en cuenta las tres técnicas anteriores, las aperturas para envases sobre la marcha son más pequeñas que las diseñadas para el vertido.
Pero, como señala Larsson, los productores también deben considerar varios factores alternativos. Los consumidores también vierten desde envases individuales, que requieren un caudal diferente. También está el problema de si el producto se consumirá mientras la persona se encuentra inmóvil (por ejemplo, sentada en su escritorio o en un picnic) o si habrá un verdadero consumo sobre la marcha, como al caminar o ir de pie en el transporte público. “En este último caso, la sensación de control es mucho más importante, porque es mucho más fácil derramar”, dice.
Esto también implica tomar en consideración cuestiones de categoría. Productos como el té frío, el café o ciertos tipos de jugos se beberán a sorbos, que es lo mejor para degustar el sabor. Pero otras categorías, como el agua y las bebidas deportivas y energéticas, pueden beberse a tragos más largos, para refrescar o saciar la sed. Productos como el yogur y las bebidas de origen vegetal se encuentran en un punto intermedio.
Dado todo lo anterior, los criterios de diseño y las variables para las aperturas sobre la marcha son considerables. El diámetro de acoplamiento de la boca, la forma de la boquilla, la forma del envase y el diseño del borde son igualmente importantes, así como la prevención de chorros a borbotones innecesarios. La ubicación de la boquilla en el envase también debe tenerse en cuenta. “La tapa DreamCap™ está ubicada muy cerca del borde y tiene una ligera forma de labios en la parte delantera”, dice Larsson. “Esto es para brindar comodidad y optimizar la experiencia de beber para el consumidor”.
Los productores también deben considerar el tamaño de la abertura en relación con el envase. “En algunos envases, no hay espacio físico para colocar una tapa a rosca porque hay pliegues y sellos. Por lo tanto, debe encontrar otra solución técnica para garantizar un buen vertido”.
En última instancia, dice Larsson, “nuestra innovación está impulsada en gran medida por categorías desde el primer momento, y luego la traducimos en una cartera que se adapta a esas categorías”. Uno de esos ejemplos es el envase Tetra Top, y el yogur bebible a temperatura ambiente con partículas. “Tetra Top tenía un buen espacio para jugar allí, porque ya es de por sí grande, con una gran tapa, lo que proporciona una agradable experiencia al beber. Esto es lo que impulsa el desarrollo de nuestros productos: siempre estamos buscando soluciones más adecuadas que mejoren la experiencia del consumidor”.