Su recomendación para los clientes es revisar el proceso de vez en cuando y experimentar con algunos ajustes del homogenizador.
Una homogeneización efectiva del jugo de tomate, kétchup, salsa y pastas brinda una amplia gama de efectos positivos que dan como resultado una mejor calidad general del producto. Esto incluye menos separación/pérdida de agua, mejor sensación en boca y mejor color.
"Un factor que puede cambiar con mucha facilidad es el aumento o la reducción de la presión y ver qué ocurre", recomienda Jonsson. "Muchos procesadores de tomate son muy conscientes de su consumo de electricidad y agua de enfriamiento. Puede probar si es posible reducir la presión y mantener una calidad de producto satisfactoria. De ese modo, puede ahorrar dinero y reducir el desgaste de las piezas, a la vez que reduce la huella al mínimo posible".
Una de las tendencias impulsadas por los consumidores es el deseo de kétchup con una "etiqueta limpia" (una etiqueta que contenga la menor cantidad de aditivos artificiales posible). Al aumentar la presión, es posible eliminar los estabilizadores como la carboximetilcelulosa (CMC) a la vez que se mantiene la misma calidad de producto de siempre.
Una recomendación final de Jonsson es que, si el homogeneizador se encuentra antes de los intercambiadores de calor, puede ser valioso ubicarlo más adelante en el proceso para evitar turbulencias y bombeo. Un corte excesivo después de la homogeneización puede afectar de forma adversa la viscosidad y la sensación en boca del kétchup y las pastas de tomate.
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