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La física básica de un separador se documenta desde los tiempos romanos. Un simple cuenco de barro con una boquilla permitía que dos líquidos mixtos diferentes se asentaran según su densidad física, para que se pudiera verter el líquido más ligero.
Esta "sedimentación por gravedad" era la técnica original utilizada en las empresas lecheras para separar la grasa de la leche. Al dejarlos en un recipiente, los glóbulos de grasa de la leche fresca flotaban a la superficie para formar una capa de crema, que luego se retiraba de forma manual. Sin embargo, el proceso era ineficiente y, muchas veces, la leche se ponía agria.
La mejora e industrialización de este método antiguo comenzó cuando un joven ingeniero sueco, llamado Gustaf de Laval, leyó un artículo publicado en una revista comercial alemana en 1877. El artículo describía "un tambor que se hace girar y, luego de rotar durante un tiempo, deja la crema flotando en la superficie para que se puede retirar del modo usual".
Inspirado en esto, de Laval se retiró a su taller para mejorar el concepto y sentar las bases para la fabricación a grande escala. Dos años más tarde, el periódico sueco Stockholms Dagblad informó que de Laval haría una demostración de su separador centrífugo para los observadores interesados de la ciudad. "La máquina se puede comparar con un tambor que es accionado por una correa y una polea”, escribió el corresponsal del periódico. "La crema, que es más liviana que la leche, se impulsa por fuerza centrífuga a la superficie de la leche y fluye hacia un canal desde el cual se conduce a un recipiente de recolección. Por debajo, la leche se impulsa hacia la periferia del tambor y se recolecta en otro canal, donde se envía a un recipiente de recolección separado".
En 1883, de Laval formó AB Separator para centrarse en la fabricación de ese dispositivo revolucionario para la industria de la leche. Unos años después, la empresa desarrolló bombas para agregar al separador y recoger la leche descremada y, por lo tanto, aumentar mucho la capacidad.
El primer separador continuo del mundo que utilizaba la nueva tecnología de pila de discos Alfa se introdujo en 1890, y ocho años más tarde se instaló el primer separador de levadura en la línea de producción de un cliente. En 1916, las aplicaciones de la tecnología se expandieron a la purificación de aceite a bordo de los barcos y, en décadas posteriores, se adaptó el mismo proceso básico para eliminar microorganismos de mayor densidad (esporas y bacterias) de la leche.
Para el cambio de siglo, los separadores manuales de de Laval, y los de muchos de sus competidores, se habían convertido en algo común en los establecimientos lecheros de EE. UU. y Europa. Pronto, los dispositivos de Laval se anunciaban como "máquinas de récord mundial" que podrían ahorrarles a los productores lecheros entre $3 y $5 por vaca por año. Según los anuncios, el 98 % de las lecherías del mundo usaban hasta ese entonces los separadores de Laval.
Gustaf de Laval se convirtió en uno de los inventores más prolíficos de Suecia, con 92 patentes a su nombre. Cuando falleció, en 1913, había formado 37 empresas.
Sus primeros separadores continuaron hasta convertirse en artículos de colección, al igual que los afiches antiguos y los letreros de publicidad. En los EE. UU. y Canadá se dice que hay más de 60 "coleccionistas serios de separadores" que se entusiasman con este hito en la historia industrial y agrícola.
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