La digitalización está en todas partes. Está en marcha en toda la sociedad y, por supuesto, también en la industria del helado. Entonces, ¿cómo aborda el equipo de nuestro centro de competencia para la producción de helados en Aarhus, Dinamarca, esta (al menos en parte) nueva realidad? ¿Cómo pueden los expertos en helados de Tetra Pak ayudar a los productores a navegar las oportunidades y enfrentar los desafíos que las soluciones digitales traen? Averígüelo en este artículo donde Elsebeth Baungaard, gerente de cartera de helados, y Rasmus Laerke, gerente de automatización y productos, comparten sus puntos de vista.
¿Cuál es su filosofía sobre las innovaciones digitales para la industria del helado? Esa es una gran pregunta, así que retrocedamos un poco y veamos un contexto más amplio. Rasmus explica:
"En lo que respecta a lo que ofrecemos, se podría decir que hay tres componentes o pasos: automatización, orquestación y análisis. La primera capa consiste en hacer funcionar las máquinas: una automatización confiable. La segunda capa tiene que ver con toda la infraestructura: conectar las cosas para que encajen sin demasiada ingeniería. Esa es la orquestación. Y luego está la parte de análisis, que es donde realmente se capta el valor para los clientes. Porque es aquí donde les permitimos tomar mejores decisiones en el día a día. Así que la filosofía general es seguir fabricando máquinas confiables y robustas, permitir la parte de orquestación con nuestros productos y, por último, facilitar la integración y el análisis del rendimiento de nuestras máquinas".
Los tres componentes combinados habilitan soluciones digitales para helados.
Es bastante común considerar el proceso de digitalización como un viaje. Y en ese viaje, cada productor de helados se encuentra en un lugar diferente. Para Elsebeth y Rasmus, es importante conocer al cliente, independientemente de hasta dónde los haya llevado su viaje digital.
"Algunos clientes nos piden consejo sobre cómo aprovechar mejor los datos. Otros ya tienen una idea muy clara de lo que quieren. Y luego hay quienes están en el medio, con los que intercambiamos ideas sobre cómo lograr los resultados que buscan", afirma Rasmus.
En resumen, se trata de cooperar y de escuchar. Para ayudar a los clientes de la mejor forma posible, pero también para aprender.
"Nuestros clientes utilizan nuestras máquinas de formas distintas. Así que tenemos que adaptarnos a la forma en que el cliente ve el proceso de producción, cómo planifica, cómo trabaja con el mantenimiento y al nivel de calificación de sus operarios. Y a cómo quieren utilizar los datos. Por eso es tan importante que colaboremos estrechamente con nuestros clientes y desarrollemos soluciones con ellos. Porque son ellos quienes trabajan con las líneas, quienes conocen nuestras máquinas a la perfección, y por eso sus aportes son tan importantes para nosotros", afirma Elsebeth.
Fuera lo viejo, ¿adentro lo nuevo? Sí, la digitalización se describe a veces como una revolución, algo que pone las cosas patas arriba y significa que todas las formas establecidas de trabajar se dejan totalmente de lado. ¿Pero tiene que ser así? En opinión de Elsebeth y Rasmus, lo mejor es empezar poco a poco. Elsebeth explica:
"Es fácil tener la impresión de que la digitalización requiere proyectos enormes, muy complejos y complicados. En cambio, nosotros intentamos hacer productos más pequeños y concentrarnos en áreas definidas de la línea. Utilizamos la IA para mejorar el control de calidad, por ejemplo".
Con este enfoque, adentrarse en el ámbito digital puede resultar menos abrumador. En esencia, se trata de dar pequeños pasos y avanzar gradualmente. Los MVP (Productos Mínimos Viables) también siguen la misma lógica. El proceso se basa en la rapidez y la flexibilidad, y también en la importancia de la cooperación del cliente.
"En el proceso MVP, presentamos nuestro producto al cliente y lo ponemos en marcha. A continuación, intentamos obtener el máximo feedback posible para ajustar y mejorar el diseño de la siguiente versión", explica Rasmus.
Las soluciones digitales son nuevas en el sector. Pero no cabe duda que el viaje ya está en marcha. Elsebeth indica lo siguiente:
"El mercado se está digitalizando. Tenemos que estar preparados y a la vanguardia. Seguir escuchando a nuestros clientes y desarrollar soluciones junto con ellos para asegurarnos de que cumplimos sus requisitos y necesidades. Y creo que realmente podemos añadir valor, ya que combinamos las máquinas con nuestros conocimientos sobre helados y las soluciones digitales".
"Aportamos conocimientos sobre las máquinas y el proceso, y también se trata de facilitar la integración. Si resulta difícil trabajar con nosotros en lo que respecta a la solución técnica y la integración, los clientes buscarán a otro. Tenemos que hacer que sea fácil trabajar con nosotros y, además, aportar nuestros conocimientos", añade Rasmus.
La reducción del impacto ambiental ya está en la agenda de todos los actores de la industria alimentaria. Y, sin duda, está ahí para quedarse. Para poder hacer un seguimiento de la huella de carbono y los distintos objetivos de sostenibilidad, ¿qué se necesita? Seguramente ya lo adivina: datos.
"Vemos que la digitalización es un elemento habilitador. Ayudará en la transformación hacia una producción más sostenible. Si queremos hacer algo con respecto al consumo de energía y agua, y a los residuos que generamos, tenemos que medir y recopilar datos. Solo entonces podremos mejorar. Analizando los datos, aprendiendo de ellos y actuando en consecuencia, es como podemos cumplir los objetivos. Esto ya está en marcha. Y si miramos a tres, cinco o diez años vista, cada vez más clientes querrán datos para hacer mediciones sobre su huella de carbono", menciona Elsebeth.
Un aspecto clave para los productores es el costo por producto. Se trata de la eficacia operativa y de reducir al mínimo los tiempos de inactividad y los residuos. Además, en muchas partes del mundo puede ser difícil encontrar operadores altamente calificados. Las soluciones digitales también pueden ayudar en este caso, ya que pueden simplificar el trabajo y hacer que las tareas sean menos exigentes para los operarios.
Las herramientas digitales pueden ayudar a mejorar el entorno de trabajo y habilitar el aprendizaje y las mejoras. Sin embargo, es posible que no todo el mundo acepte el cambio (o la digitalización) de inmediato. Elsebeth y Rasmus ven esto como algo natural: las soluciones digitales tienen que demostrar su valor antes de convertirse en parte cotidiana de la caja de herramientas del operador.
"Los productos digitales están ahí para ayudar. Son el mejor amigo del operador, ya que le ayudan a manejar las máquinas de la mejor manera", afirma Elsebeth.