1. Lado secundario lleno de gas 2. Ubicación del problema con la inducción de moléculas de H2 3. Circulación del lado primario 4. Sistema automático de detección de fugas HLD
La corrosión es un riesgo bien conocido al operar intercambiadores de calor, especialmente cuando los alimentos y líquidos en su interior tienen un alto contenido de cloruro o sal. Las láminas finas de metal separan los productos pasteurizados y sin pasteurizar dentro del intercambiador de calor. Si se corroen y se forma un hueco, puede haber contaminación cruzada, lo que comprometería la seguridad y calidad del producto. Al igual que con el antiguo dicho "más vale prevenir que curar", el truco consiste en detectar las primeras señales de corrosión en una etapa temprana, antes de que hayan causado una perforación o grieta.
Hay una cantidad de tecnologías de pruebas de integridad disponibles para detectar el adelgazamiento del metal en los intercambiadores de calor. La solución tradicional consiste en utilizar la presión del agua para aumentar la carga de presión en un sistema mediante una bomba y válvulas cerradas. Luego, los instrumentos miden cualquier cambio en la presión para determinar si hay corrosión en progreso. Sin embargo, al igual que con otras aplicaciones de detección, este puede ser un proceso que requiere mucho tiempo. A su vez, es poco preciso para señalar la posición exacta de la fuga.
Las técnicas alternativas como la conductimetría, las pruebas ultrasónicas y el rastreo ultravioleta ofrecen diferentes ventajas pero, por lo general, también llevan mucho tiempo.
Otro tema es el riesgo potencial, en algunos casos, de hacer un seguimiento de residuos de medios que quedan dentro del intercambiador de calor después de la prueba.
Una alternativa buena y eficiente en términos de tiempo es usar gas trazador, una mezcla de hidrógeno y nitrógeno o helio. Tetra Pak ofrece servicios de pruebas avanzadas basadas en una mezcla de hidrógeno y gas nitrógeno. La mezcla de hidrógeno y nitrógeno no es tóxica ni corrosiva y es ecológica. Además, a diferencia del helio, no se adhiere a las superficies del equipo ni a los materiales porosos y, por lo tanto, no genera residuos.
Las pruebas de integridad con gas trazador funcionan con mayor rapidez que las tecnologías alternativas. El tiempo de inactividad es mínimo: entre 3 y 10 minutos por sección analizada. El nivel de precisión es tan alto que los ingenieros pueden señalar la sección exacta del intercambiador de calor que presenta corrosión.
El equipo para la prueba de integridad con gas hidrógeno de Tetra Pak es tan sensible que, cuando los clientes en Australia comenzaron a usarla, descubrieron varias fugas pequeñas causadas por la corrosión antes de que se convirtieran en un problema. "Las fugas eran pequeñas y aún no habían comprometido la calidad de producto. Fueron una sorpresa para los clientes, pero pudieron repararlas antes de que causaran daños", comenta Martin Eliasson, gerente de marketing de Tetra Pak. "Después de ver los resultados, nuestros clientes decidieron suscribirse para las pruebas de integridad periódicas. Si desea tranquilidad y asegurarse de que su intercambiador de calor no presente corrosión, puede ser una buena idea pedir un plan de pruebas de integridad".
Las pruebas de integridad de los intercambiadores de calor de placas le permiten ahorrar dinero, ya que detectan la corrosión antes de que se genere una rotura. En este video breve, se muestra cómo funciona.
Las pruebas de integridad de los intercambiadores de calor de placas le permiten ahorrar dinero, ya que detectan la corrosión antes de que se genere una rotura. En este video breve, se muestra cómo funciona.
Independientemente de si está cocinando albóndigas con salsa, jalea con frutillas, pudín de chocolate o leche fresca común y corriente, el proceso requiere un tratamiento de calor, lo que generalmente implica el uso de intercambiadores de calor. La elección de los intercambiadores de calor depende de las características del producto en cuestión, como su viscosidad y el tamaño de las partículas. Los productos más complejos y difíciles, con partículas y viscosidad variable o más alta, requieren intercambiadores de calor con un diseño de conductos más complejo para permitir que los productos fluyan correctamente.