Las bebidas a base de arroz, frutos secos, cereales o soja (rice, nuts, grains and/or soybeans, RNGS) son cada vez más populares y su participación de mercado avanza en todo el mundo. Pero los desarrolladores de productos y los responsables de calidad se enfrentan a un desafío: cómo predecir la estabilidad de la vida útil de estos productos ya en el laboratorio. Hasta ahora no había una forma de realizar esa evaluación, pero un método de prueba recientemente desarrollado ha obtenido resultados prometedores.
Las bebidas a base de arroz, frutos secos, cereales y soja se comercializan como simples y naturales. Pero para el procesador de alimentos, las infinitas posibilidades de combinar distintos ingredientes, así como las variaciones estacionales y las diferencias según el lugar de cultivo de las materias primas, hacen que estos productos sean de todo menos fáciles a la hora de adaptar y mantener un proceso industrial uniforme.
La única forma completamente segura de determinar la estabilidad de la vida útil de un producto es simplemente ponerlo en la estantería y esperar. Los análisis repetidos indicarán si el producto puede soportar uno, dos, tres meses o quizás medio año en la estantería sin deteriorarse. Obviamente, este proceso, que requiere mucho tiempo, no es muy práctico, ni para el desarrollo de productos ni para el control de calidad continuo.
Una forma establecida de predecir la estabilidad de la vida útil de la leche de vaca es medir la eficacia de la homogeneización mediante el método conocido como “NIZO”, que compara el contenido de grasa en diferentes capas y proporciona un índice sencillo. Sin embargo, este método no funciona con las bebidas a base de RNGS, que suelen ser similares a la leche.
En cambio, un avance del método NIZO, desarrollado en colaboración con dos productores de bebidas a base de RNGS líderes en el mundo, y en el que los resultados de laboratorio se han correlacionado con pruebas reales de vida útil, ha obtenido resultados prometedores para la evaluación de dos parámetros importantes para la estabilidad de la vida útil de estas bebidas: la cremosidad y la sedimentación.
El método, que hemos denominado la Prueba de estabilidad para RNGS, pretende predecir objetivamente la estabilidad durante la vida útil sin necesidad de realizar pruebas de almacenamiento en condiciones reales. El problema a resolver radica en si es posible lograr una correlación entre un método rápido y eficaz (una prueba “acelerada” de diversos productos y valores) y los mismos productos almacenados durante diversos períodos de tiempo.
Con la eficacia de homogenización adecuada, tanto la sedimentación como la formación de crema pueden mantenerse en niveles controlados, previsibles y aceptables. El producto puede alcanzar la calidad adecuada con respecto a las características sensoriales (sabor, sensación en boca, viscosidad, etc.) y es posible minimizar el uso de aditivos como estabilizadores y emulsionantes. Además, se puede evitar la “homogenización excesiva”, lo que supone tanto una reducción de los costos de energía como una mejora de la calidad del producto final.
En definitiva, este método tiene potencial para ser una ayuda importante en el desarrollo de productos, ya que aporta información clave para la evaluación del ciclo de vida de un producto.
Descargar nuestro informe técnico, que ofrece una introducción al desarrollo de un método objetivo para medir la estabilidad de la vida útil de los productos a base de RNGS.