14 de febrero de 2025
¿Qué es la innovación? ¿Y la invención del automóvil, las proteínas alternativas cultivadas en el laboratorio o los saltos cualitativos que estamos viendo en la inteligencia artificial generativa? Si le preguntan a Uday Chouhan, director de Suministro de manufactura de clase mundial y calidad de Tetra Pak, dirá que hay otro aspecto de la innovación que es igualmente importante.
«No siempre es necesario reinventar la rueda», afirma. «A veces, el verdadero poder de la innovación radica en las mejoras sostenidas y deliberadas».
La actitud de mejora continua es un componente central de la Manufactura de clase mundial (WCM), una metodología y certificación globalmente reconocida que se enfoca en optimizar las fábricas para que puedan mejorar la calidad y la seguridad mientras reducen los costos, el tiempo y el uso de recursos.
«Los avances tecnológicos revolucionarios suelen aparecer en la primera plana de los periódicos, pero la innovación progresiva a menudo se pasa por alto», afirma Uday. «La metodología WCM proporciona un marco operativo a través del cual se pueden hacer pequeños cambios deliberados a lo largo del tiempo, que producen grandes resultados».
En lugar de apostar a innovaciones de alto riesgo y alto rendimiento, la WCM optimiza los sistemas existentes y ayuda a las fábricas a perfeccionar todos los aspectos de sus operaciones a través de las mediciones, el establecimiento de parámetros comparativos y la mejora hasta alcanzar el nivel más alto. Es un compromiso a largo plazo: a menudo, una fábrica tarda entre 15 y 20 años en llegar al nivel de certificación de clase mundial, pero el resultado justifica el esfuerzo.
«Las grandes ideas que generan innovaciones radicales suelen requerir grandes cambios e inversiones. La posible recompensa puede ser mayor, pero también hay un mayor riesgo de fracaso», afirma Uday.
Lo que comenzó como dos equipos piloto en 1999 se ha convertido en una organización global donde cada colega en cada fábrica se esfuerza por alcanzar la perfección: cero pérdidas de materiales y recursos, cero accidentes y cero problemas de calidad. Esto no se limita a las plantas de manufactura en sí; el objetivo incluye también los negocios de los clientes.
La WCM es un abordaje integral que afecta todos los aspectos de la producción. Es uno de los programas Lean, que básicamente son un conjunto de principios, técnicas, métodos, valores y herramientas para ayudar a una fábrica a mejorar de acuerdo con las necesidades comerciales generales.
«Para nosotros, siempre se trata de las necesidades únicas de cada cliente». Si alguien está en un mercado limitado, no puede vender más aunque produzca más, así que el énfasis está puesto en una mayor competitividad en materia de calidad y costos. Por otra parte, si existen limitaciones de la capacidad, existe la oportunidad de vender más si la productividad aumenta», explica Uday.
La estructura de la WCM se basa en 11 pilares fundacionales, desde la seguridad y la calidad hasta el despliegue de costos y el mantenimiento. Juntos, estos pilares forman un sistema holístico que garantiza que todos los aspectos del proceso de manufactura se optimicen de manera uniforme. Enfocarse en cada uno de los pilares hace que sea más fácil garantizar la calidad y la eficiencia, incluso en entornos de alta demanda.
La calidad del envasado, por ejemplo, debe ser uniforme: «El envase de hoy no debe tener un aspecto distinto del de ayer, o eso afectará la imagen de la marca. Hay muchos productos duplicados, así que tenemos que asegurarnos de que todo, desde el aspecto hasta la funcionalidad, sea uniforme».
A lo largo de los años, las mejoras inspiradas por WCM han ayudado a Tetra Pak a reducir las quejas de los clientes casi en un 90 % y mejorar la seguridad en más de un 80 %. WCM también ayuda a optimizar los costos al reducir los desperdicios y el uso de recursos.
«Hay una correlación directa entre el consumo de recursos y los costos», afirma Uday. «Por eso, el mayor objetivo es reducir el consumo de recursos, cosas como la energía y el agua».
Con una lista creciente de objetivos de sostenibilidad que las fábricas deben cumplir, el pilar medioambiental de WCM también está cobrando mayor importancia, y la metodología a menudo permite alcanzar estos objetivos antes del plazo establecido.
«El pilar medioambiental incluye cuestiones climáticas y sociales. Las fábricas producen emisiones y afectan su entorno local, y debemos asegurarnos de disponer de los desechos correctamente y ser conscientes de cómo utilizamos los recursos locales», dice Uday. «Y en última instancia, no hay sostenibilidad sin rentabilidad… y viceversa».
Algunos clientes han logrado ahorros de hasta un 60 % en el agua y los productos químicos que se utilizan para limpiar depósitos. En las propias fábricas de Tetra Pak, también fue posible reducir las toneladas de agua por millón de envases en más de un 80 %, los desechos en un 65 % y el consumo de electricidad en hasta un 30 %.
El éxito de WCM no radica únicamente en los sistemas. La gestión del cambio es fundamental, y la WCM no funciona sin colaboración.
«La WCM no se trata de actividades enfocadas en la función», dice Uday. «No es que el equipo de producción se concentra únicamente en producir y el equipo de calidad se ocupa únicamente de la calidad».
La estructura de pilares garantiza que cada esfuerzo tenga una visión holística. Cada pilar se compone de miembros de distintas funciones, lo que garantiza un abordaje equilibrado de cada proyecto de optimización, ya sea referido a la productividad, la calidad o el costo.
«Con WCM, hay grupos que se enfocan en la producción, pero no aisladamente. Hay personas que se ocupan de la calidad, de la planificación, y alguien de seguridad para garantizar que, sin importar lo que hagamos, podamos mitigar y garantizar que nada se vea afectado negativamente. Que el aumento de la producción, por ejemplo, no termine por generar problemas de seguridad», dice Uday.
Esta forma de trabajar afecta a todas las personas, desde los gerentes hasta los operadores en la línea de producción, por lo que la comunicación es clave.
«No es algo que se analice desde un punto de vista funcional. Se analiza desde el punto de vista de los beneficios para la organización. Y cuando la forma de pensar pasa de una pieza pequeña al panorama completo, se logra una manera de hacer las cosas más holística», afirma Uday. «Cuanto mejor se comunique, mejor comprenderá la gente, y cuanto más se comunique, más se convertirá eso en parte de la cultura».
Si bien la WCM puede parecer un marco operativo rígido, en realidad promueve la creatividad. Por ejemplo, hay un gran énfasis en la resolución de problemas de manera creativa.
«La belleza de la WCM es que uno de los criterios de evaluación es cuán creativamente se trabaja para reducir las pérdidas. Dedicamos tiempo a pensar en nuevas ideas y formas de trabajar, y si una fábrica concibe un método mejor, intentamos estandarizarlo en todas nuestras operaciones».
Un ejemplo reciente es una herramienta desarrollada por el equipo de una fábrica para resolver un problema con el papel aluminio faltante en los bordes durante la producción de material de envase. Este defecto crea desechos internos durante la manufactura, pero la nueva herramienta ha permitido mejorar la gestión de desechos y la confiabilidad de la producción, ya que esta dejó de depender de la intervención manual.
El desafío es estudiar minuciosamente esta innovación local y estandarizarla en todas las fábricas. No todas las innovaciones alcanzan este nivel de estandarización, pero todas se evalúan para determinar si deberían estandarizarse, en función de sus beneficios.
«Por lo general, puede llevar seis meses ver si una solución es viable en otras fábricas», afirma Uday, ya que esto implica tomar en cuenta las diferentes combinaciones de productos que se elaboran en esas fábricas. «Cuando algo funciona, nos aseguramos de que se implemente en todas partes, para que los clientes de todo el mundo puedan beneficiarse de las innovaciones y mejorar no solo la uniformidad de la calidad y el rendimiento operativo, sino también reducir el impacto medioambiental de sus fábricas».
Hay seis fábricas de Tetra Pak que han alcanzado el nivel más alto de WCM, pero Uday confía en que podrán sumarse otras a la lista en el futuro. Sin embargo, no pierde de vista las prioridades.
«La seguridad es siempre lo primero. Si sabes cómo hacer algo de manera segura y con buena calidad, siempre podrás encontrar la manera más rápida».
El camino hacia cero pérdidas, accidentes y problemas de calidad no tiene un punto de llegada; siempre hay margen para mejorar.
En la WCM hablamos de cero pérdidas, pero incluso si se alcanza ese objetivo, ¿es posible garantizar que se mantenga en cero? Es un número aspiracional, y hasta que se alcanza, siempre queda trabajo por hacer», dice Uday. «Y en última instancia, lo que queremos lograr es algo más que una mejora interna: se trata de empoderar a los clientes para que ellos mismos alcancen sus propios objetivos de seguridad, sostenibilidad y calidad».
Obtenga más información acerca de cómo ayudamos a las fábricas a reconsiderar sus recursos, reducir el consumo de energía y agua y la generación de desechos en sus operaciones, y cómo les brindamos apoyo para alcanzar sus objetivos de eficiencia y sostenibilidad.