17 de diciembre de 2024

Nuestros expertos lidian con la inocuidad alimentaria y las normas todos los días. ¿Cuál es el nuevo desafío? Envases sostenibles que no hagan concesiones en materia de seguridad.

La inocuidad alimentaria no se refiere únicamente al uso de ingredientes limpios; el envase que los contiene es igualmente importante. Desde hace medio siglo, los expertos del Centro de Asuntos Científicos y Regulatorios de Tetra Pak en Stuttgart, Alemania, han sido pioneros en materia de seguridad del envasado de alimentos. Su función es garantizar que los productos se mantengan seguros y frescos y cumplan plenamente con una compleja red de normas globales.

«Nuestro trabajo es asegurarnos de que todas las capas de material funcionen conjuntamente para proteger lo que hay dentro», dice Davide Marchesi, director de Seguridad del Envasado de Alimentos e Interacción. «La forma de hacerlo varía según el alimento; ya sea leche o un producto muy ácido, como el jugo, el tipo de producto dicta los requisitos del envase de alimentos».

Mientras el centro celebra su 50.° aniversario, las normas más estrictas y el énfasis creciente en la sostenibilidad están volviendo ese trabajo cada vez más complejo.

Foto grupal de colegas sonrientes

Envases más renovables con el mismo nivel de inocuidad alimentaria

Entre los especialistas de Stuttgart hay químicos, microbiólogos, físicos e ingenieros de laboratorio altamente especializados. Se concentran en garantizar que todos los materiales en contacto con alimentos cumplan con las exigencias legales y sean seguros para el uso.

«La inocuidad alimentaria y el cumplimiento se gestionan conjuntamente. La exigencia es entregar a los consumidores alimentos seguros y asegurarnos de que cumplan con todas las normas en los mercados relevantes, ya sea en la UE, los EE. UU. o China», explica Karin Federlin, gerente de Interacción y Cumplimiento de la Normativa sobre el Contacto con Alimentos.

Además, con la creciente demanda de materiales renovables, reciclables y reciclados, es aun más importante demostrar que no hay sustancias perjudiciales que puedan pasar a los alimentos.

«El desafío es que cuando desarrollamos nuevos materiales o hacemos cambios en los envases, tenemos que desarrollar una solución que cumpla con todos los estándares necesarios y asegurarnos de no comprometer la inocuidad alimentaria», explica Davide.

«Debemos garantizar que tanto los productos con distribución comercial como los nuevos materiales de envasado se mantengan seguros y en buenas condiciones a lo largo de toda la cadena de valor».

Monitoreo de los cambios regulatorios para mantener la delantera

El equipo suele ser convocado para resolver complejos problemas técnicos y realizar análisis de las causas fundamentales: «Ya sea en el caso de un defecto del material o el hallazgo de un cuerpo extraño en un envase de cartón, usamos métodos avanzados como espectroscopía y microscopía», dice Karen.

También dedican buena parte de su tiempo a mantenerse al tanto de los cambios regulatorios inminentes, para poder abordarlos antes de que se conviertan en un problema: «Desde el momento que asoma en el radar una nueva norma o sustancia, los clientes se comunican con nosotros para asegurarse de que su envasado sea seguro y cumpla con las exigencias». «Por lo general, estamos preparados para eso desde mucho tiempo antes. En el momento en que tomamos conocimiento sobre una sustancia posiblemente problemática, la examinamos y, si es necesario, les pedimos a nuestros proveedores que la eliminen».

Un ejemplo claro es cómo se eliminó el BPA de todos los productos mucho antes de que causara alarma pública hace unos años: «Siempre que se habla de sustancias químicas como esas en los medios puede generarse preocupación, por lo que intentamos eliminar cualquier cosa que sea problemática lo antes posible».

envase de cartón con hojas de calendario

Prueba, validación e introducción de nuevos materiales

Pero eliminar una sustancia no es simple. Hay que encontrar una nueva materia prima de reemplazo, validarla e incorporar nuevos proveedores. Este proceso lleva tiempo, porque requiere probar y evaluar tanto las materias primas usadas en el envase como los productos finales.

«Las pruebas son fundamentales, porque a veces se generan nuevas sustancias durante la manufactura», explica Karin. «Debemos garantizar que tanto los productos con distribución comercial como los nuevos materiales de envasado se mantengan seguros y en buenas condiciones a lo largo de toda la cadena de valor».  

Uno de los mayores desafíos recientes fue encontrar una alternativa a la capa de papel de aluminio en los envases. Si bien este material proporciona una excelente fuente de protección contra el oxígeno y la luz en la estructura de nuestros envases de cartón, tiene una huella de carbono considerable. Como solución, el año pasado se presentó un envase de cartón con una barrera hecha de papel, lo que demuestra que es posible avanzar en la sostenibilidad de los envases de cartón para bebidas asépticos sin dejar de mantener la inocuidad alimentaria y ampliar el acceso a los alimentos.

«Es importante que las normas estén inspiradas por información científica de la mejor calidad disponible, que sean eficaces y que sea factible para la industria implementarlas».

«Si bien la capa de papel de aluminio es una barrera increíble para la protección de los alimentos, encontrar alternativas para reducir aún más la huella de carbono de nuestras soluciones es una prioridad clave«, explica Davide. «No podríamos simplemente dejar de usarla sin comprender lo que ese cambio implica para la cadena de valor, pero innovaciones como esta son emocionantes y muestran cómo es posible mejorar continuamente la inocuidad alimentaria y trabajar en pos de una estructura de materiales simplificada, tomar distancia de los plásticos de origen fósil y aumentar el contenido de papel en nuestros envases de cartón».

Innovación proactiva: pruebas internas y envases preparados para el futuro

El desafío que plantean las normas de inocuidad alimentaria no es solo que estas cambian constantemente, sino que las distintas regiones —Europa, EE. UU., China y otras— tienen sus propios enfoques. Por eso, el equipo de Davide trabaja con un triple marco operativo de cumplimiento, que garantiza que todos los envases cumplan las normas de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU., la Unión Europea y los reguladores chinos.

Recientemente, la Unión Europea emitió una nueva norma sobre materiales de envasado llamada Directiva sobre Envases y Residuos de Envases (PPWR), que aborda el problema de los desechos de envases y su contenido permitido de metales pesados. Esta norma aumentó significativamente los requisitos de calidad y exige un nuevo nivel de pureza en las materias primas utilizadas en contacto con alimentos.

«Debemos asegurarnos de que los materiales de envasado no contengan sustancias genotóxicas, carcinogénicas o mutagénicas», dice Karin. «Sin embargo, es extremadamente difícil detectar trazas de impurezas a un nivel en que el límite se redujo a apenas 0,15 partes cada mil millones».

colegas sentados en torno a una mesa con envases de cartón

El equipo investiga diferentes abordajes analíticos y capacidades internas para ayudar a lograrlo. Una de las actividades se concentra en explorar internamente las pruebas de Ames —una prueba de toxicología genética in vitro diseñada para detectar la mutagenicidad de las sustancias químicas— como posible nuevo método para seleccionar y descartar rápidamente materiales en contacto con alimentos. Si tiene éxito, el método podría convertirse en un paso clave para la evaluación de materiales en contacto con alimentos, al detectar si hay sustancias perjudiciales con potencial para migrar y producir mutaciones nocivas en bacterias genéticamente modificadas.

«Básicamente, es una prueba de “pasa” o “no pasa”», dice Davide. «Si obtenemos un “pasa”, tenemos la confianza de que el material es seguro. Si es “no pasa”, continuamos investigando».

Colaboración con toda la industria para un futuro más seguro

No importa cuánto se monitoree, es difícil mantenerse un paso adelante de todo sin ayuda. Por eso, la colaboración con universidades y organizaciones de la industria es fundamental.

“Nos comunicamos constantemente con universidades líderes para colaborar en proyectos de investigación», dice Davide. «Sus conocimientos expertos nos permiten mantenernos a la vanguardia de los avances científicos más recientes, y a menudo podemos apoyarlos al brindarles acceso a casos de la vida real».

Además del mundo académico, el centro se relaciona también con asociaciones de la industria como el Instituto Internacional de Ciencias de la Vida (ILSI) y la Alianza de Envases para Bebidas y el Medioambiente (ACE).  

«Estas iniciativas unen más a la industria y nos permiten tener una voz colectiva», afirma Davide. «Es importante que las normas estén inspiradas por información científica de la mejor calidad disponible, que sean eficaces y que sea factible para la industria implementarlas».

Los especialistas en microbiología, por ejemplo, suelen ser invitados a hablar como oradores externos, realizar sesiones de capacitación y compartir conocimientos sobre las mejores prácticas para analizar alimentos y materiales y establecer requisitos microbiológicos para el material de envase. 

«Queremos ayudar a mejorar los métodos científicos y las formas de trabajar para garantizar que todas las personas del mundo tengan acceso a alimentos seguros y nutritivos».

«La demanda de envases sostenibles no hará más que crecer, y debemos asegurarnos de que todos los nuevos materiales sean tan seguros y confiables como aquellos a los que reemplazan».

Muchas mujeres trabajan en un laboratorio

De cara al futuro: impulso a la innovación mientras se protege lo bueno

¿Qué le depara el futuro a la inocuidad alimentaria? Para Davide y sus colegas, un objetivo central será continuar desarrollando envases seguros que cumplan con las normas y ofrezcan un perfil más sostenible.

«La demanda de envases sostenibles no hará más que crecer, y debemos asegurarnos de que todos los nuevos materiales sean tan seguros y confiables como aquellos a los que reemplazan», dice Davide. 

Por eso, el equipo realiza también actividades de ciclo de vida para cumplir con normas futuras. Ante un panorama regulatorio que evoluciona rápidamente, garantizar un cumplimiento sistemático requiere mucho trabajo”.

«Nuestro equipo es convocado lo antes posible para orientas nuevos proyectos, ofrecer comentarios, revisar certificados de proveedores, realizar pruebas rigurosas y, en última instancia, emitir el certificado de contacto con alimentos que permite que un producto salga al mercado», dice Karin.

A medida que cambian las normas, el laboratorio debe mantener su dinamismo. En definitiva, explica Davide, el propósito del equipo es simple pero fundamental: seleccionar el formato de envase adecuado para cada producto. «Ya sea que se almacenen a temperatura ambiente, se transporten a regiones frías o se sometan a altas temperaturas, nuestra misión será la misma de siempre: proteger lo bueno».

¿Busca más información sobre inocuidad alimentaria?

La inocuidad alimentaria es algo más que el simple cumplimiento de las normas; consiste en proteger a las personas y generar confianza a lo largo y ancho de los mercados globales. Continúe leyendo acerca de cómo nuestros expertos impulsan innovaciones en materia de inocuidad alimentaria mientras cumplen con estrictas normas en todo el mundo.

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