12 de noviembre de 2021
Se estima que el agua necesaria para satisfacer la demanda de alimentos en 2050 será tres veces mayor que la que usan los humanos hoy en día. A su vez, estudios recientes consideran el efecto de la escasez de agua, las inundaciones y sequías relacionadas con el clima, y la accesibilidad al agua limpia y fresca como el desafío principal de las operaciones comerciales en el futuro.
A medida que aumenta la cantidad de productores de alimentos que se enfrentan al desafío del acceso restringido al agua, está claro que debemos hallar nuevas formas de conservar y reducir al mínimo el uso de los recursos hídricos. Las tecnologías de envasado y procesamiento pueden ser cruciales.
"Necesitamos una evaluación efectiva del uso del agua en todo el sitio de producción", comenta Kristina Åstrand, directora de Sostenibilidad y Digitalización de los Sistemas de procesamiento de Tetra Pak. "Algunas de nuestras últimas tecnologías de envasado y procesamiento les permitieron a los productores saber cuánta agua se utiliza durante la producción, de dónde proviene el agua, y dónde y cómo se elimina".
Kristina comparte sus ideas sobre las áreas más comunes en las que los productores de alimentos pueden reducir el uso del recurso en todas las operaciones.
La limpieza y la desinfección son partes integrales del procesamiento de alimentos. Además, la disponibilidad de agua limpia es crucial para garantizar la conservación, calidad e inocuidad de los alimentos durante las operaciones.
Debido a que el agua se usa en alrededor del 95 % al 99 % de las operaciones de limpieza y desinfección, una mala gestión del agua en el sitio de producción puede significar costos importantes y afectar el mantenimiento de la maquinaria, lo que daría como resultado la pérdida de ganancias y la reducción de la calidad de los alimentos. Además, el consumo de agua y las emisiones de carbono se relacionan entre sí, razón por la cual gestionar el agua de forma más eficiente implica la posibilidad de reducir de forma significativa las emisiones de carbono.
"Hoy en día, reducir al mínimo las emisiones de carbono, el consumo de agua y la pérdida de producto se ha vuelto un atributo crucial de todas nuestras actividades de desarrollo de Equipos y Líneas", explica Kristina. "Gracias a nuestra forma innovadora de producir JNSD, por ejemplo, aplicamos al agua un tratamiento con una dosis optimizada de luz UV y filtración en vez de la pasteurización. Junto con una función de mezcla continua, nuestros clientes pueden reducir el uso del agua en hasta un 50 % y el uso de energía en un 67 %, en comparación con las líneas convencionales".
Una vez que los alimentos están listos para el envasado, las máquinas de llenado que ahorran recursos pueden aumentar la eficiencia y la velocidad de la producción a la vez que reducen el consumo de agua y vapor, lo que causa menos pérdida de agua y, por lo tanto, reduce el costo de su eliminación para los productores lecheros. La tecnología de esterilización más nueva, por ejemplo, da como resultado un consumo de electricidad y una huella de carbono cinco veces menor, en comparación con las alternativas de envases asépticos de tereftalato de polietileno (PET), que utilizan esterilización con peróxido de hidrógeno.
"En comparación con los equipos convencionales, nuestra solución integral más reciente les permite a los consumidores reducir el uso de energía en un 70 % con la combinación de las nuevas tecnologías de procesamiento y envasado. A esto se le suma la ventaja de reducir las emisiones totales de GEI en un 20 % y la reducción del 30 % de la pérdida de producto", comenta Kristina.
Alrededor del 20 % de nuestros productores de alimentos y bebidas tienen su sede y funcionan en áreas de riesgo hídrico alto o extremado. La capacidad de reducir al mínimo el uso de agua en la producción es vital para los productores de alimentos y bebidas que funcionan en áreas en las que el acceso confiable al agua no siempre es un hecho.
Con el uso de las tecnologías de filtrado de agua más reciente, por ejemplo, se pueden recuperar hasta 5 500 litros de agua por cada hora de funcionamiento de la máquina de llenado. Al filtrar la lubricación, los residuos del material de envase, el peróxido de hidrógeno y el pH alto/alcalino; se puede volver a introducir el agua limpia y libre de contaminantes en el sistema.
"Por ejemplo, mediante la recuperación del agua, uno de nuestros clientes logró reducir su consumo de agua en un 95 %, lo que le permitió ahorrar 22 millones de litros de agua por año", declara Kristina Åstrand.
El aumento de la eficiencia en las operaciones para reducir el desperdicio de agua también depende del desbloqueo de los puntos de datos que se ocultan dentro de las plantas de producción. Con la implementación de las tecnologías para identificar y visualizar los puntos de datos, los productores pueden hacer diagnósticos de procesos con facilidad, tomar decisiones más informadas y acceder a una capacidad adicional dentro de la infraestructura actual.
"Muchos de nuestros clientes redujeron los costos, aumentaron la producción y generaron menos pérdida de agua al aprovechar el interior de la fábrica oculta. Mediante la creación de una representación visual de su rendimiento operativo, podemos identificar y abordar los problemas específicos y, por lo tanto, ampliar la capacidad sin necesidad de hacer grandes inversiones adicionales de capital (CAPEX). Por ejemplo, una línea que funciona al 26 % del rendimiento efectivo total del equipo puede alcanzar el 60 % con mejoras de eficiencia, lo que le brindaría al cliente un volumen de producción adicional", sostiene Kristina.
Para reducir el uso de agua en la industria de los alimentos y las bebidas, las soluciones de envasado y procesamiento con bajas emisiones de carbono son esenciales para evaluar y reducir la "huella hídrica" de la industria e identificar en qué aspectos innovar a continuación.
El ahorro de agua en las operaciones requiere un enfoque integral a lo largo de todas las operaciones de planta del cliente: desde el ingreso de la materia prima hasta la intralogística y la distribución. Para esto, se necesitan soluciones integradas, que abarquen toda la cadena de suministros, desde el comienzo hasta el final.