Incluso para los elevados estándares de progreso de mediados del siglo XX, 1966 fue un año trascendental. El primer cajero automático del mundo se presentó en los EE. UU., al igual que The Brown Box, el primer sistema de videojuegos multijugador y multiprograma, que se conoce como “el abuelo de todos los videojuegos modernos”. Los soviéticos lograron el primer aterrizaje suave controlado en la luna con Luna 9, mientras que su Luna 10 se convirtió en la primera nave espacial en entrar en órbita lunar. Y Tetra Pak presentó el sistema de envasado Tetra Rex®.
Este envase de tapa gable-top que ahora resulta familiar fue convirtiéndose en un icono moderno a lo largo de casi siete décadas de existencia, una presencia permanente en las mesas de desayuno y en los refrigeradores de los cafés. Sin embargo, el diseño y concepto básico del envase tiene una historia mucho más larga, que se remonta a antes de la Segunda Guerra Mundial. La primera patente conocida para un envase de cartón de leche fue presentada por un tal John Von Wormer en 1915, para un diseño que se ve notablemente similar a las versiones actuales; el término “gable-top” se refiere a la innovación del pico que se pega temporalmente formando una cresta y se abre con un movimiento de pellizco y separación.
Inspiradas en el reciente surgimiento de las tecnologías de refrigeración y la necesidad de encontrar métodos más económicos y eficientes para distribuir leche fresca entre las masas, estas primeras versiones estaban hechas de un cartón encerado y se destacaban por su ahorro de materia prima (no se requería tapa; tampoco eran de vidrio pesado y costoso). Sin embargo, tal vez debido a su naturaleza algo rudimentaria y frágil (al no tener capas protectoras ni barreras adicionales, eran propensos a las pérdidas), y a la ubicuidad y popularidad duradera de las botellas de vidrio, pasaron varias décadas antes de que el embalaje gable-top se considerara una verdadera alternativa para la leche, los lácteos y muchas otras bebidas refrigeradas.
El cambio ocurrió en distintos momentos en diferentes mercados geográficos, aunque en algunos lugares, como Japón, las botellas de vidrio aún perduran, particularmente para la entrega a domicilio. En los Estados Unidos, la popularidad de los envases de cartón aumentó rápidamente en la década de 1950, impulsada sobre todo por su comodidad, durabilidad y rentabilidad. Lo mismo ocurrió en Suecia; en 1953 hizo su debut un envase de cartón de medio litro para la leche, que fue adoptado para uso comercial por Mjölkcentralen y Lundamejeriet (Tetra Pak siguió sus pasos en 1966). Este cambio revolucionó la industria.
Al fin y al cabo, los beneficios estaban claros. Para los productores, simplificaron la producción: los envases se entregaban planos y en blanco para ser formados, llenados y sellados por máquinas, lo que redujo el tiempo y los costos, mientras que el diseño apilable optimizó el espacio de almacenamiento y el transporte eficiente. Los consumidores ahora tenían comodidad, portabilidad y facilidad de uso; la higiene y la inocuidad alimentaria también mejoraron notablemente.
La innovación y el refinamiento constantes también fueron clave para la adopción del mercado masivo. El agregado de una película plástica hizo que estos envases fueran impermeables a los líquidos y termosellables; más tarde, a fines de la década de 1960, una capa de papel de aluminio garantizó una protección aún mejor y prolongó la vida útil de las bebidas envasadas.
La higiene fue un enfoque durante la década de 1980. En 1982 se introdujo el TR/7 HH, una máquina de llenado cuyo rendimiento mejorado aumentó la vida útil del producto de siete a aproximadamente catorce días (HH significaba “Higiene alta”). En 1985, el TR/8 mejoró aún más el nivel de higiene, podía llenar de 6000 a 6500 envases por hora y ocupaba menos espacio: entre 1981 y 2003 se vendieron 423 de estos equipos en todo el mundo (67 de ellos siguen en uso hoy en día).
Una de las innovaciones más significativas llegó en 1992, con una solución al problema de larga data de la resellabilidad y la necesidad de almacenar los envases en posición vertical después de abrirlos: la introducción de tapas abatibles que se podían cerrar. Estos cierres tenían una pestaña de seguridad y se pegaban al envase mediante termofusión. Se presentaron en cinco colores: verde, rojo, blanco, azul oscuro y naranja.
Desde entonces, Tetra Rex (y las innovaciones tanto en el envase en sí como en la tecnología de máquinas de llenado) han continuado mejorando y evolucionando, fortaleciendo su condición de pionero icónico. En 1993 y 1994 se introdujeron tecnologías de larga vida útil (ESL) en forma de sistemas de UV y peróxido, mientras que en 1997 se presentó el primer equipo de distribución de alta acidez a temperatura ambiente (HAAD) para distribución a temperatura ambiente, el TR/16 HAAD. En el año 2000 llegó una nueva forma, Tetra Rex Plus, con una parte superior gable top sesgada que dejaba espacio a un cierre más grande, mientras que los avances en materiales, aperturas, velocidad de llenado e higiene continuaron a buen ritmo.
Una nueva primicia mundial se logró en 2015, con el lanzamiento del primer envase de cartón completamente renovable del mundo, el Tetra Rex de origen vegetal. Hecho exclusivamente de cartón y polímeros derivados de la caña de azúcar, el envase establece un nuevo estándar de sustentabilidad, y lo sigue haciendo gracias a la disponibilidad global de Tetra Rex de origen vegetal con Tetra Pak® Craft.
Entonces, ¿qué le depara el futuro a Tetra Rex? El desafío sigue siendo equilibrar la funcionalidad y el uso de materiales; esto implica una constante búsqueda del equilibrio. Sin sacrificar el rendimiento o la calidad, un envase ahora debe ser adecuado para una variedad cada vez mayor de productos, como yogur con partículas o leche superdescremada, los cuales requieren diferentes ajustes y parámetros de llenado, e incluso pueden necesitar diferentes materiales para la protección.
Esta variedad de productos refleja los cambios en las tendencias de los consumidores, los hábitos de consumo, la demanda y la evolución de los productos. Es por eso que el término “a prueba de futuro” puede significar diferentes cosas y abarcar diferentes aspectos. Sin embargo, Tetra Rex sigue siendo adaptable y está listo para enfrentar los desafíos de envasado del futuro.
Con QuickChange™, los productores pueden usar e intercambiar fácilmente envases de diferentes volúmenes, satisfaciendo la demanda de productos de mejor valor o volúmenes más pequeños. Otro aspecto es el deseo de los productores de envasar yogur y alternativas de origen vegetal, que aún se están desarrollando. Estos nuevos productos requieren diferentes entornos de llenado o diferentes volúmenes (por ejemplo, los productos de valor agregado, como la leche enriquecida con proteínas, generalmente se venderían en envases más pequeños, de 500 a 750 ml, que la leche estándar, que generalmente viene en 1000 ml).
Verdaderamente pionero desde su lanzamiento hace 68 años, Tetra Rex ha demostrado su valor tanto para los productores como para los consumidores: flexible, confiable, seguro y de alta calidad. Estas características siguen siendo valores fundamentales y guían el desarrollo del envase a medida que continúa liderando el camino como una solución de envasado moderna, cómoda y refrigerada. Es por eso que sigue siendo el rey para una amplia gama de productos refrigerados, y una gran cantidad de clientes que reconocen y confían en un envase verdaderamente icónico.
